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viernes, 17 de septiembre de 2010

Conclusión: la reestructuración de las ciencias sociales.

Los tres puntos principales que se trataron en el libro Abrir las Ciencias Sociales fueron: Cómo las ciencias sociales fueron históricamente construidas como una forma de conocimiento y por qué se dividió en un conjunto especifico de disciplinas. El segundo punto fue la manera en que los procesos sociales mundiales ocurridos después de 1945 plantearon cuestiones acerca de la división de trabajo intelectual por lo tanto reabrieron los problemas de estructuración organizacional instaurada en el periodo anterior. Y el tercer punto la elucidación de una serie de cuestiones intelectuales básicas. Actualmente la clasificación de las ciencias sociales no están claras, tiene que existir un nivel de consenso acerca de la validez de las líneas divisorias para que estas funcionen.
La clasificación de las ciencias sociales se baso en dos antinomias, la primera aunque ya no tiene el alto impacto que en otro tiempo disfrutaron es la antinomia entre el pasado y el presente, la segunda antinomia es entre disciplinas idiográficas y nomotéticas. Se puede hablar de una tercera antinomia la cual sería la del mundo civilizado y la del mundo bárbaro, aunque ya no tiene muchos defensores públicos todavía habita en la mentalidad de muchos estudiosos.   
Además de los debates intelectuales el otro problema al que se enfrento la ciencia social fue el de los recursos, el principal modo de enfrentar las protestas acerca de las divisiones actuales ha sido la multiplicación de programas interdisciplinarios, docentes y de investigación, pero esa multiplicación requiere personal y dinero. La alternativa no es esperar que las cosas se compongan y se arreglen solas, porque la confusión, la superposición y la escasez de recursos están aumentado simultáneamente y en conjunto pueden provocar el bloqueo para construir nuevo conocimiento.
Otra realidad aunque se ha descrito un mismo patrón de las ciencias sociales estas cambian dependiendo el país y la institución por lo tanto la presión no es uniforme, además diferentes científicos se encuentran en diferentes situaciones, y estas diferencias afectan sus intereses y en efecto el grado en que favorecen o se oponen a la reorganización administrativa.
Se podría pensar en que existiera más flexibilidad pero no es del todo la solución porque el sentido de seguridad de las disciplinas en la mayoría de los casos piensan más en los pequeños espacios que constituyen los departamentos universitarios en los que se encuentra el poder real en la toma de decisiones. Lo que se necesita es una ampliación de la organización de la actividad intelectual porque ser histórico no es propiedad de las personas llamadas historiadores es obligación de todos los científicos sociales, no creemos que existan monopolios de sabiduría ni zonas de conocimiento reservadas con determinado título universitario. Es por eso que están apareciendo agrupamientos particulares de científicos sociales e incluso de personas que no lo son que se interesan por temáticas especificas desde la población hasta la salud la lengua etc.
¿Dónde se encuentran las oportunidades de experimentación creativa? Podemos indicar algunas que se encuentran en puntos muy diferentes del espectro académico. Por ejemplo los Estados Unidos cuentan con la más alta densidad de estructuras universitarias en el mundo y también con una presión política interna muy fuerte, tanto a favor como en contra de la reestructuración de las ciencias sociales. En el otro extremo se encuentra África donde las universidades son recientes y las disciplinas tradicionales no están fuertemente institucionalizadas. Allí debido a la pobreza la comunidad de las ciencias sociales se ha visto obligada a innovar.
En Estados Unidos debido a que cuenta con estructuras universitarias múltiples descentralizadas y diversas, los problemas que se plantearon por el multiculturalismo así como el trabajo en los estudios científicos ya han pasado a ser objeto de debate político. Estados Unidos tiene un gran historial de experimentación estructural en los sistemas universitarios (la invención de las escuelas de posgrado a fines del siglo XIX, la invención de los consejos de investigación de las ciencias sociales, la invención de los requisitos de cursos centrales  después de la segunda guerra mundial etc. No se esta tomando como buenos o malos la invención de estas instituciones sólo esta ilustrando el hecho de que el sistema universitario estadounidense ha habido espacio para la experimentación.
La Comunidad Europea ha dado importancia al fortalecimiento de los vínculos entre sus diversas universidades por medio de programas de intercambio y del estimulo a nuevos proyectos de investigación paneuropeos, es de esta forma que están tratando la cuestión de la multiplicidad de lenguas en el uso académico.
En África el proceso de experimentación ya se ha iniciado, también ha proporcionado una base para formar alternativas de estudio que no necesariamente reflejan los enfoques disciplinarios adoptados en otras regiones del mudo.
Debido a la limitación de recursos y a la falta de institucionalización profunda de las disciplinas de las ciencias sociales condujo en los últimos treinta años a la creación a las estructuras de la investigación y de la docencia de FLACSO en toda América Latina que ha operado como instituciones parauniversitarias no ligadas a las categorías del conocimiento tradicional. Uno de los rasgos de estas instituciones es que buscan unir la experiencia de las ciencias sociales y de las naturales mostrando poco respeto por los límites disciplinarios. Un ejemplo puede ser  La Science  Policy Research Unit de la universidad de Sussex que tiene un plan de estudio dividido en partes iguales entre las ciencias sociales y las ciencias naturales.
Nos encontramos en un momento en que la estructura disciplinaria existente se haya derrumbado. Nos encontramos en un momento en el que ha sido cuestionada y están tratando de surgir estructuras rivales. Así que la tarea más urgente es que haya una discusión completa de los problemas subyacentes. Además existen por lo menos cuatro clases de procesos estructurales que los administradores de estructura de conocimiento de la ciencia social (administradores de universidades, consejos de investigación en ciencias sociales ministerio de investigación y/o educación etc. podrían y deberían alentar como caminos útiles hacia la clarificación intelectual y la eventual reestructuración más completa de las ciencias sociales:
1.    La expansión de instituciones dentro de las universidades o aliadas con ellas que agrupen estudiosos para trabajar en común y por un año entorno a puntos específicos urgentes.
2.    El establecimiento de programas de investigación integrados dentro de las estructuras universitarias cortando transversalmente las líneas tradicionales, con objetivos intelectuales concretos y fondos para periodos limitados (alrededor de cinco años)
3.    Nombramiento conjunto obligatorio de los profesores. Actualmente la norma es que los profesores pertenezcan a un departamento, normalmente aquel en que ellos mismos tienen un titulo avanzado. Se contempla una estructura universitaria en la que todos sean nombrados para dos departamentos uno en la que tengan un titulo y el otro en que se ha mostrado interés o se ha hecho algún trabajo de importancia esto desde luego traería como resultado una variedad increíble de combinaciones. Así a fin de evitar que algún departamento construyera barreras se crearía el requisito de que cada departamento tuviera por lo menos un 25 por ciento de sus miembros que no poseyeran títulos en esas disciplinas.
4.    Trabajo adjunto para estudiantes de posgrado. La situación es igual para los estudiantes de posgrado que para los profesores. Normalmente trabajan en un departamento, y con frecuencia se evita activamente que hagan algún trabajo en un segundo departamento. Tal vez se podría hacer obligatorio que los estudiantes que preparan el doctorado en una disciplina determinada tomen cierto número de cursos o hagan cierto volumen de investigación en el campo delineado de un segundo departamento.
Las dos primeras recomendaciones que se han presentado requerirían de un compromiso financiero por parte de alguien, pero no deberían ser onerosas como porcentaje total del gasto de las ciencias sociales. Y las últimas dos recomendaciones no tendrán prácticamente ningún efecto sobre el presupuesto.                          

¿Qué tipo de Ciencia Social debemos construir ahora?


Las implicaciones intelectuales que han producido los debates ocurridos en 1945 en las Ciencias Sociales no son del todo congruentes con la estructura organizacional de las mismas ahora se tiene que decidir qué hacer con el nivel organizacional al tiempo que se empiezan a resolver los debates internos. El problema más inmediato era sobre la estructura organizacional de las Ciencias Sociales, como eran disciplinas su trabajo era el preparar estudiosos lo cual hicieron eficazmente, el punto negativo era que controlaban los patrones de la carrera de los estudiosos una vez que ingresaban. En la mayoría de los cargos docentes se pedía como requisito un doctorado (o su equivalente). Otro era la publicación de artículos en periódicos oficiales porque sólo así se podía profesar la carrera.
Entonces las estructuras disciplinarias han cubierto a sus miembros con una reja y no los han alientado a descubrir otras líneas. Sin embargo, los prerrequisitos interdisciplinarios se han ido descomponiendo en algunos espacios académicos después de 1945. Por ejemplo las revistas científicas de primera magnitud que ignoran las fronteras disciplinarias. Y debido a las batallas presupuestales la batalla por la asociación de recursos se ha intensificado, a medida en que van apareciendo nuevas disciplinas que se disputan los recursos universitarios e intentan controlar los nombramientos, provocan la reducción de las principales disciplinas existentes. Es en este punto donde se produce la mayor presión para la restructuración de las Ciencias Sociales. Y la iniciativa a menudo es de administradores que se preocupan por los presupuestos y no por el conocimiento.
Entre 1850 y 1945 el establecimiento de las disciplinas consistió en reducir en número de categorías con las que se podían reducir las Ciencias Sociales a una lista que regularmente aceptada en todo el mundo y a la cual nos hemos acostumbrado.
Estos problemas organizacionales aumentaron debido por el patrón trimodal: las ciencias sociales, las ciencias naturales y las humanidades. Ahora el problema se centraba en la reconfiguración de las estructuras más amplias de las facultades. En la primera parte del siglo XIX existió una realineación similar de patrones. La cuestión ahora planteada es que si la primera parte del siglo XXI será análoga.
La restructuración del siglo XXI implico que renacieran las universidades como principal espacio de conocimiento, la expansión que hubo en 1945 de universidades, docentes y estudiantes, creo un nivel más alto de actividades de investigación del sistema educacional.
Hasta 1945 todavía existían docentes que enseñaban en escuelas secundarias pero en 1990 también muchos profesores evitaban dar clases en el primer nivel o en el nivel más bajo del sistema universitario. En consecuencia se han creado institutos de estudios avanzados y otras estructuras no docentes. En el siglo XXI los principales medios de comunicación intelectuales eran publicaciones de revistas científicas y reuniones académicas nacionales. Cuando estas formas de comunicación se fueron poblando aparecieron los coloquios que han florecido en todo el mundo dese 1945, pero también este campo esta superpoblado así que hora gracias a las comunicaciones electrónicas surgen pequeñas estructuras de profesionales que están separadas. Estas nuevas formas de crear conocimiento crean la cuestión de que si las universidades en los próximos cincuenta años seguirán funcionando igual o serán sustituidas por institutos de investigación independientes centros de estudios avanzados entre otros pero por medios electrónicos. Pero si la enseñanza se separa de la investigación y de la universidad, se tendrá que hacer un mayor esfuerzo por obtener su legitimación.
Existen probablemente tres problemas teórico/ metodológicos centrales entorno a los cuales se tienen que plantear nuevos consensos eurísticos por con esto se pondrá construir avances productivos en el conocimiento. El primer problema se refiere a  la relación que tiene el investigador con la investigación. A comienzos de este siglo Weber definió la trayectoria del pensamiento moderno como “desencantamiento del mundo”. En las ciencias sociales el desencantamiento del mundo consiste en la demanda de que la historia no se reescribiera en nombre de las estructuras de poder existente. Esta demanda provocó dar un paso en la liberación de la actividad intelectual por las presiones externas que incapacitaban.
El reencantamiento del mundo consiste en proponer la liberación del pensamiento humano. Es un llamado para derribar las fronteras entre la naturaleza y los seres humanos, para así reconocer que ambos forman parte del universo único encuadrado por la flecha del tiempo. La consecuencia de este pensamiento fue que el concepto de científico neutral ofrecía una solución imposible al excelente objetivo de liberar a los estudios de cualquier ortodoxia arbitraria. Toda medición se modifica al regístrala, por lo tanto no se puede separar al investigador de su contexto físico y social. Traducir el reencantamiento del mundo no será un trabajo fácil pero para los científicos sociales es una tarea urgente.
El segundo problema es cómo insertar el espacio y el tiempo como variables constitutivas internas, es decir de cómo el espacio y el tiempo son entes cambiantes y no estáticos. Al percatarnos que el tiempo y el espacio son variables socialmente construidas, nos encontramos con la necesidad de crear de desarrollar una metodología en la cual coloquemos en el centro de nuestro análisis esas construcciones sociales pero de una manera que no sean vistos como fenómenos arbitrarios, cuando se logre se perderá la distinción que aun prevalezca entre la epistemología ideográfica y nomotética.
El tercer problema planteado es de cómo superar las separaciones artificiales entre los reinos aparentemente autónomos de lo social o político y lo económico. El afrentar la cuestión directamente de la existencia de reinos separados o reabrirla enteramente podría aclarar las bases intelectuales para reestructuración de las disciplinas.
Si el investigador no puede ser neutral en su estudio entonces que no cubra por mera formalidad la realidad porque entonces estaría cubriendo las opiniones de un segmento de científicos del mundo. Entonces que se puede concluir acerca de los posibles pasos que puede dar para abrir las ciencias sociales, no existe un plano accesible en la cual se pueda decretar una reorganización de las estructuras del conocimiento. Antes de considerar la restructuración es importante analizar varias dimensiones las cuales son: 1.- las implicaciones de rechazar las distinciones ontológicas entre los seres humanos y la naturaleza, 2.- las implicaciones de negarse a considerar al estado como origen de las únicas fronteras posibles y/o primarias dentro de las cuales la acción social ocurre y debe ser analizada, 3.- las implicaciones de aceptar la tensión interminable entre el uno y los muchos, lo universal y lo particular, como un rasgo permanente en la sociedad humana y no como un anacronismo, 4.- el tipo de objetividad que es plausible a la luz de las premisas propuestas por la ciencia.
1.    Los seres humanos y la naturaleza.
Las ciencias sociales han avanzado por un camino más respetuoso por la naturaleza, así que conciben al universo como una realidad activa y no como un autómata que está sujeto a la dominación de los seres humanos que de alguna manera se encuentran ubicados fuera de la naturaleza.
Algunos científicos sociales han caído en el error de seguir el camino hacia una orientación biológica de las ciencias sociales, porque al ir en esta dirección sólo se caería en un retroceso. 
Las utopías forman parte del objeto de estudio de las ciencias sociales y estas tienen que estar basadas en tendencias existentes. Los conceptos de utopías se relacionan con ideas de progreso posible, pero su realización depende del aumento en la creatividad humana y de la expresión del ser humano en el mundo complejo.
Tal vez se está apreciando el fin de una racionalidad que ya no es apropiada en nuestro tiempo. Entonces se pide que se ponga énfasis en lo complejo, lo inestable y lo temporal que hoy corresponde a un movimiento transdisciplinario que adquiere mayor vigor. Hay que poner en claro que esto no significa que se tiene que abandonar el concepto de racionalidad sustantiva.  
En la elección de posibles futuros los recursos son un tema político y la solicitud de la expansión de la participación en la toma de decisiones es mundial. Es así que se hace un llamado a las ciencias sociales para que se abran a este tipo de cuestiones. Este es un llamado para hacer un reconocimiento de que a pesar de dar la estructuración histórica de la experiencia humana y del universo natural no son del todo idénticas pero tampoco son contradictorias y ambas están relacionadas con la evolución.
Hoy el problema se basa en poder escapar de las constricciones de lo contemporáneo para así poder llegar a interpretaciones más útiles y más duraderas de la realidad social. En el intento por ver la diferenciación y la especialización en las ciencias sociales se ha prestado demasiada atención a un problema social derivado de la creación del conocimiento: como se puede evitar una brecha de los que saben y de los que no saben. La responsabilidad para escapar de estas presiones sólo compete a científicos sociales activos sino también a los administradores de universidades las asociaciones de estudiosos las fundaciones y los organismos gubernamentales responsables de la educación y de la investigación.
El descomponer en pequeños fragmentos los problemas que afrenta una sociedad compleja no es la mejor forma para tratar de resolverlos aunque parece una manera fácil de manejar analíticamente, la mejor forma es abordar a los problemas, a los seres humanos y a la naturaleza en toda su complejidad y sus interrelaciones.

2.    El estado como bloque de construcción analítico.
Las ciencias sociales han sido estadocentristas en el sentido de que los estados conformaban el marco supuestamente evidente donde se tenía lugar los procesos analizados por las ciencias sociales. Hasta 1945 esta concepción era especialmente cierta para las ciencias que se encargaban en estudiar el mundo occidental las cuales eran la historia y el trió de las ciencias nomotéticas (la sociología, la economía y las ciencias políticas). Ni la antropología ni los estudios orientales eran estadocéntricos porque las zonas que se encargaban de estudiar no eran sedes de estructuras modernas. Se daba por sentado que las estructuras sociales modernas se encontraban en estados modernos. Después de 1945 con la expansión del dominio empírico de la historia y de las tres ciencias sociales nomotéticas hacia el mundo no occidental y con el ascenso de los estudios de área, pasaron a ser tema de análisis estadocéntricos.
El concepto clave después de 1945 fue el de desarrollo que se refería al desarrollo de cada estado tomado como entidad individual. Evidentemente existieron algunos científicos que no estuvieron de acuerdo que es estado putativo fuese una unidad natural que su primacía analítica no necesitara justificación. 
Después de 1970 se empezó analizar el carácter del estado como frontera natural de la vida social, esto fue resultado de la coyuntura de dos transformaciones: la primera fue la transformación en el mundo real para la visión tanto académica como popular, los estados empezaron a perder fortaleza como promotores de la modernización y del bienestar económico, la segunda es la de los cambios en el mundo del conocimiento, y que llevo a los estudiosos a echar una mirada a presuposiciones que antes eran indiscutibles. Así  el conocimiento cierto que los científicos sociales nos habían prometido se basaba en consecuencia en su fe por el progreso. Se espera que las ciencias sociales acompañaran el proceso de racionalidad y después se esperara que se viera a las fronteras del estado como marco natural dentro de las cuales se daría tales mejoras. Además con el impulso de hacia la democratización conducía a demandas hechas al estado, para utilizar su poder presupuestal y fiscal para mejorar y redistribuir. Así el estado como proveedor del progreso parecía seguro. Pero como las demandas crecían más rápido que los problemas ya resueltos en 1960 se genero una desilusión del estado.
“pensar globalmente y actuar localmente” es un lema que excluye al estado y representa la suspensión del la fe en el estado como mecanismo de reforma.
Al hacer este cambio de ideas  hacia la acción de niveles globales, muchos pensaron que estas nuevas formas de análisis tanto los científicos naturales como los defensores de los estudios culturales ofrecían modelos más plausibles.
Obviamente que los pensamientos estadocéntricos no habían excluido el estudio de las relaciones entre los estados. Y dentro de las ciencias sociales existían subcampos dedicados para los espacios internacionales. Pero así como las demás áreas de las ciencias sociales los estudios internacionales se basaban en las premisas de un marco estadocéntrico. Estos estudios adoptaban la forma de estudios comparativos en los que los estados eran la unidad a comparar.
Desde 1960 han existido varios intentos dentro de las disciplinas de las ciencias sociales por reducir el estadocéntrismo, ese desplazamiento de la unidad de análisis se ha etiquetado de muchas formas así como: economía política internacional, estudio de las ciencias mundiales, economía global, etc. Al mismo tiempo también se ha visto una  renovación por el interés por las regiones, por ejemplo la reciente preocupación por el Asia Oriental como región dentro del mundo total, y por las regiones pequeñas ubicadas dentro de estados por ejemplo: el concepto de protoindustrialización en historia económica.
El estadocéntrismo en el análisis de las ciencias sociales tradicional era una simplificación teórica que incluía la suposición de espacios homogéneos y equivalentes cada uno de los cuales constituía un sistema autónomo que operaba en gran medida por medio de procesos paralelos. Desde luego el rechazo que se tiene sobre el estado como conector socio-geográfico no significa que el estado no sea visto como una institución clave en el mundo moderno que tiene influencias profundas en procesos culturales, económicos y sociales, porque el estudio de todos estos procesos requieren una comprensión de los mecanismos del estado, lo que no se requiere es pensar que el estado es una frontera natural o incluso la más importante de la acción social.
Al abandonar el supuesto de estadocéntrismo que fue fundamental para las ciencias sociales nomotéticas y para la historia y se acepta que esa perspectiva crea un obstáculo para hacer claro al mundo, entonces nos planteamos la pregunta sobre la estructuración de las divisiones que se formaron en torno a ese supuesto y que en realidad se basaban en el.   

3.    Lo universal y lo particular
La tensión que ha existido entre lo universal y lo particular siempre ha sido un debate apasionado en las ciencias sociales, porque siempre se ha visto con implicaciones políticas inmediatas y eso ha impedido un estudio sereno. En las discusiones contemporáneas sobre las ciencias políticas el tema ha vuelto a primer plano, y principalmente causado por la reafirmación política de grupos del mundo occidental que consideran que han sido culturalmente oprimidos. Una importante consecuencia organizacional de la resurrección de ese debate ha sido por el llamado a una ciencia social más multicultural.
Las premisas que responden a una demanda por crear una ciencia social más multicultural, se han encontrado con la resurrección del darwinismo social en diversos aspectos. Su argumento clave ha sido que el progreso es el resultado de la lucha social en el que la competencia triunfa y el interferir en esa lucha social es interferir en el progreso social. El darwinismo social califica de irracional o irrealista cualquier asociación con los perdedores en el proceso evolutivo de la supervivencia del más apto, esta categoría a alcanzado a grupos que no tienen posiciones sociales poderosas, así como a los proyectos alternativos que no comparten la creencia de la vinculación entre industrialización-occidentalización-modernización.
La versión que se considera las más avanzada del racionalismo moderno es la racionalidad tecnocrática ha sido en muchos sentidos un avatar del darwinismo social. También ella niega legitimidad a cualquier concepto que no encaje con un modelo de racionalidad de medios y fines, así como cualquier institución que no tenga una utilidad funcional inmediata.
Así la cuestión que ahora se plantea es la de cómo tomar en serio en la ciencia social una pluralidad de visiones del mundo sin perder el sentido que existe la posibilidad de conocer y realizar escalas de valores que puedan ser comunes o llegar a ser comunes a toda la humanidad. La claves es hacer estallar el lenguaje hermenéutico utilizado para describir a personas y grupos que son otros, que son meros objetos de las ciencias sociales en contraste con las personas que tienen cierta legitimidad y pleno derecho entre los cuales se ubican los analistas a sí mismos. Es aquí donde se crea una confusión de lo ideológico y lo epistemológico.   
Más allá de reconocer las voces de los grupos dominados, existe la tarea más difícil de incorporar las experiencias de estos grupos que es fundamental para alcanzar un conocimiento objetivo de los procesos sociales. En lugar de demostrar lo que las ciencias sociales se han perdido al excluir gran parte de la experiencia humana, se debería pasar a demostrar lo que gana la comprensión de los procesos sociales cuando se incluye segmentos cada vez mayores en las experiencias históricas del mundo.  Para poder establecer el equilibrio de las ciencias sociales s necesario examinar el caso de las disciplinas existentes, al mismo tiempo que se establece nuevos canales para el diálogo e intercambio y no solamente entre las disciplinas existentes.
Además se puede proponer la realización de una academia multicultural, la elección de una lengua en muchos casos predetermina el resultado por ejemplo: Conceptos de middle class, bourgeoisise, burgertum al parecer similares en realidad definen categorías diferentes e implican mediciones empíricas diferentes. Un mundo en los científicos tuvieran el dominio de las principales lenguas académicas seria un mundo en el que existieran mejores ciencias sociales. Pero solo puede prosperar el multilingüismo si adquiere legitimación organizacional e intelectual.
El dialogo y el respeto es básico para que haya un intercambio entre colegas. Las ciencias sociales deberán emprender un proceso de apertura muy amplio hacia la investigación y hacia la enseñanza de todas las culturas en la búsqueda de un universalismo pluralista renovado, amplio y significativo.
4.    Objetividad.
La cuestión de objetividad ha sido tema central en los debates metodológicos de las ciencias sociales. La ciencia social en el mundo moderno fue el intento por crear conocimiento secular y sistemático acerca de la realidad con algún tipo de validación empírica.     
El concepto de objetividad ha estado vinculado a la intuición que el conocimiento es a priori es decir de que la investigación puede enseñarnos cosas que no se saben es así como el sentido de objetividad está vinculado a el.
Se consideraba que lo opuesto de objetivo era lo subjetivo, y esto era la intrusión de tendencias del investigador en la recolección e interpretación de datos y esto hacia que se redujera su validez.
Para evitar la subjetividad de en la investigación las ciencias sociales nomotéticas emplearon la técnica de maximizar la dureza de los datos es decir su mensurabilidad y comparabilidad. Esta técnica las llevo hacia la recolección de datos en el momento presente porque es cuando el investigador tiene más probabilidades de controlar la cantidad de datos. En cambio los historiadores idiográficos trataron de tomar datos primarios (estudios anteriores) y así el investigador no se involucraba personalmente.
Siempre se ha cuestionado las dudas acerca en que cada uno de los enfoques nos permite alcanzar datos objetivos. Ahora es ¿objetividad de quién? Algunos pensaban que el conocimiento objetivo venia de quienes tenían más fuerza social y política. Una visión exacta de la realidad es imposible todos los datos son seleccionados de la realidad pero basados en diferentes visiones del mundo, así como el mundo va cambiando es obvio que también cambien las investigaciones.
Pero objetividad puede tener una definición diferente. Puede ser vista como resultado del aprendizaje humano que representa la intención del estudio y la evidencia de que es posible. Los estudiosos intentan convencerse a sí mismos de sus investigaciones y tratan de explicar mayor cantidad de datos que las explicadas por otras explicaciones.
Hay que aceptar que ha habido errores sistemáticos en las formas en que los científicos sociales han procesado el conocimiento y que muchos han maquillado la objetividad por subjetividad para perseguir sus visiones subjetivas. Lo que no se puede concebir es que se reduzca a la ciencia social a una mezcolanza de ideas privadas todas igualmente validas.       

sábado, 4 de septiembre de 2010

Resumen: El debate en las Ciencias Sociales de 1945 hasta el presente. Abrir las ciencias sociales de Immanuel Wallerstein

Después de 1945 tres estructuras cambiaron la perspectiva de las ciencias sociales, la primera era que Estados Unidos salía con una fuerza económica de la segunda guerra mundial, a su vez se notaba la aparición de los pueblos no europeos, lo segundo fue una creciente expansión territorial de Universidades en todo el mundo, y el tercero fue una creciente alza en la población del mundo lo que causo su expansión fue una ampliación en la escala de actividades. Debido a que Estados Unidos tenía el poder económico durante los siguientes 15-25 años después de la segunda guerra mundial, esto provoco que la mayoría de las universidades se concentraran es ese Estado. Otra implicación es causada debido a la expansión cuantitativa de la economía mundial, lo que produjo que las principales potencias la mayoría impulsada por la guerra fría, comenzaron a invertir en la gran ciencia y esta inversión se expandió a las ciencias sociales. Entonces la ayuda económica que recibían las ciencias sociales ayudo para su legitimación, sin embargo, el término del poder político de Occidente hacia el mundo permitía la entrada de nuevas voces a las ciencias sociales y al poder. Pero estos cambios provocaron ciertos efectos en el mundo:

1. La validez de las distinciones entre las ciencias sociales.

A fines del siglo XIX existían tres líneas divisorias en el sistema de disciplinas edificado para estructurar a las ciencias sociales: la primera línea era entre el estudio moderno-civilizado (ciencias nomotéticas más la historia) y el estudio del mundo no moderno (antropología más estudios orientales), dentro del estudio del mundo moderno se encontraba la línea entre el pasado (historia) y presente ( ciencias sociales nomotéticas) y dentro de las ciencias sociales nomotéticas se encontraban la sociología, la economía y las ciencias políticas.

Una de las innovaciones académicas importantes después de 1945 fue la creación de los estudios de área como una nueva categoría para agrupar los estudios intelectuales. Su definición consistía en que una área era una zona geográfica grande en la que se encontraban coherencia cultural, histórica y usualmente lingüística. La finalidad de los estudios de área era la de concentrar a científicos de las diversas ciencias, es decir eran multidisciplinarios. Los estudios de área congregaban a científicos que la mayoría de las veces atravesaban las tres línea divisorias mencionadas anteriormente. Es así como científicos sociales nomotéticos e historiadores se encontraban frente a antropólogos y estudios orientalistas. La práctica de estos estudios abrió el panorama para observar las claras separaciones institucionales de las ciencias sociales. Y así por primera vez los historiadores y los científicos sociales nomotéticos comenzaban a estudiar áreas no Occidentales. Los estudios de área afectaron a las ciencias sociales nomotéticas y al departamento de historia y para 1960 estas disciplinas decidieron estudiar culturas no Occidentales. Esto produjo que los estudiantes de estas ciencias sociales sufrieron una evolución significativa pues su campo de estudio se había ampliado.

Al desintegrarse los estudios de Occidente con los estudios no occidentales surgió una pregunta ontológicamente ¿las dos razas eran iguales o eran diferente? La respuesta que antes predominaba era que eran diferentes, para requerir disciplinas diferentes para estudiarlas. Los científicos sociales se cuestionaban si sus leyes eran también aplicables a zonas no occidentales. La primera respuesta que surgió fue que las áreas occidentales y las no occidentales eran iguales pero no del todo, puesto que la base a esta repuesta fue la teoría de la modernización que nos dice que todas las naciones pasan por un mismo camino hacia la modernización, sólo que no todas se encuentran en la misma etapa.

Ahora los intentos por cerrar la brecha entre la historia y las ciencias sociales nomotéticas tienen una trayectoria larga y no se inició en 1945, sólo hasta 1960 fue cuando la búsqueda por la cooperación entre estas ciencias empezó a dar frutos. Es así como la historia se da cuenta del poco alcance que como disciplina tenia, pues obtenía mejores resultados en el estudio de la política pasada que en los estudios de la vida social y económica pasada. Por esta razón se busco la ayuda de las ciencias sociales vecinas que contaban con métodos cuantitativos, conceptos analíticos tales como clase, discrepancia de estatus, modelos de cambio social, etc. Algunas tradiciones de las ciencias sociales hicieron que la historia pudiera adoptarse de instrumentos específicos para desarrollar una historia crítica, o más bien una ciencia social crítica. Sin embargo, en otros países como en Estados Unidos que contaban con ideas menos historicistas y contaban con una tradición menos crítica en las ciencias sociales, los historiadores revisionistas radicales fueron menos atraídos por los enfoques de las ciencias sociales.

Las tres ciencias que florecieron después de la posguerra y que se vieron beneficiadas del éxito de las ciencias naturales fueron: la sociología, la economía y las ciencias políticas. Es por este prestigio que muchos historiadores se empezaron a interesar por los trabajos de estas ciencias. Pero esta expansión de las ciencias nomotéticas a la historia adoptó formas muy diferentes. Por un lado la aplicación de modelos, teorías relativamente específicos y estrechos de las ciencias sociales a datos sobre el pasado. La mayoría no espero y tampoco encontró en el pasado algo muy diferente, a decir los datos del pasado parecían corroborar o modificar ligeramente las leyes generales que eran su principal interés. Pero existían otros científicos sociales que hacían un viraje muy diferente hacia la historia, estos estaban interesados en explicar y describir el cambio social en gran escala, según la tradición weberania o marxiana. Sus trabajos no eran creados para primordialmente para enunciar leyes, crear o modificar, sino que utilizaban reglas generales para explicar fenómenos inconstantes y complejos.

Las tres ciencias nomotéticas, empezaron a redefinir y con esto a hacerlo más grande su campo de estudio así lo sociólogos que en la década de 1950 convirtieron subcampos importantes la sociología política como la sociología económica.

Y cuando algunos científicos sociales revivieron el término de economía política otros científicos políticos menos críticos trataron de darle un sabor más homotético al término. Pero esto dio como resultado que los científicos políticos se preocuparan más por los procesos económicos. Después de la posguerra los economistas se empezaron a preocupar por las ideas de Keynes lo que ocasiono un renacimiento de la macroeconomía, esto creo que la línea divisoria con a ciencia política se volviera poco clara porque el objeto de análisis era los organismos intergubernamentales y la política de los gobiernos. Tiempo después algunos economistas no keynesianos empezaron a defender las virtudes de los modelos analíticos económicos neoclásicos para el estudio de temas sociológicos tales como las desviaciones sociales o la familia. Estas tres ciencias comenzaron a utilizar en sus investigaciones técnicas cuantitativas, lo que provoco que sus enfoques metodológicos fueran diferenciándose menos. A lo largo de los años el objeto de estudio y su metodología de estas tres ciencias sociales se fue sobreponiendo. Debido a estas superposiciones las líneas divisorias de las tres ciencias sociales nomotéticas se fueron diferenciando cada vez menos, además que cada una de las disciplinas se fueron volviendo heterogéneas en la medida en que los limites de estudio se iba expandiendo. Por lo que se dudo de su legitimación y del intento que cada una de ellas hacia por diferenciarse de las demás ciencias sociales, por lo que se pensó en crear nuevos nombres interdisciplinarios como por ejemplo: Ciencias Administrativas, Estudios de la Comunicación y Ciencias del comportamiento. Algunos creían que la convergencia entre la ciencia social y la historia creaban una ciencia social más productiva y que debería ser continuada. Sin embargo, otros creían que se debía a confusión intelectual y que tenía que haber una reconstrucción.

Para 1850 y 1945 la lista de nombres para clasificar las ciencias sociales se fue reduciendo pero en 1945 dio un cambio en dirección contraria pues empezaron a aparecer diferentes nombres que buscaban bases institucionales adecuadas, nuevos programas e incluso nuevos departamentos en las instituciones. El mayor foco de debate entre 1950 y 1960 fue hacia la validez de las distinciones entre las ciencias sociales, pero para 1960 y 1970 se paso a otra cuestión el pensar si las ciencias sociales eran eurocéntricas y por lo tanto en qué grado las ciencias sociales habían heredado el concepto de parroquial, y el grado la división del pensamiento moderno en las dos culturas era un modo útil de organizar la actividad intelectual.

2. El grado en que el patrimonio heredado es parroquial.

Las afirmaciones de universalidad, aplicabilidad universal validez universal etc. no falta en la justificación de las diversas disciplinas académicas como requisito para su institucionalización. Las tres ciencias contemporáneas han luchado para poder hacer valida sus distintas afirmaciones de universalidad. El universalismo de cualquier disciplina se fundamenta en una mezcla de de prácticas sociales y afirmaciones intelectuales. Una vez institucionalizada una disciplina es muy difícil desafiar con éxito sus afirmaciones universalistas. La búsqueda por alcanzar esta universalidad ha sido exhaustiva porque a pesar de que algunos científicos sociales creen poder alcanzarla existen otros que piensan que la universalidad es imposible de encontrar en las ciencias sociales. Pero ahora las ciencias sociales han sido parroquiales en grado no aceptable. Los problemas más severos los encontramos en las tres ciencias sociales nomotéticas que debido por influenciarse por las ciencias naturales han alimentado tres expectativas que no se han podido cumplir en forman universalista: una expectativa de administración y de predicción que se basan en una expectativa de exactitud cuantificable. Es en entonces cuando nos podemos dar cuenta que las ciencias sociales nomotéticas hacen una aseveración arriesgada al decir que las realizaciones sociales pueden ser medidas y que es posible el acuerdo universal sobre esas medidas. Porque a diferencia de las ciencias naturales, el objeto de estudio de las ciencias sociales incluye a los investigadores además dicho objeto son personas que interactúan e intercambian opiniones con los investigadores. Y es que la capacidad de las ciencias sociales para explicar la realidad estaba siendo criticada por voces distintas especialmente feministas. Parecía que les decían a los investigadores que el análisis que habían hecho era apropiado para cierto grupo pero no para el suyo. Otros creían que los resultados que se obtenían eran de una pequeña minoría que era la que dominaba el conocimiento o el mundo fuera de las universidades, y estos resultados eran aplicados al resto de la humanidad.

Durante el siglo XIX el hecho de que Estados Unidos y Europa construyeran ciencias sociales eurocéntricas, no es sorprendente puesto que el mundo europeo se sentía triunfante y superior, y en muchos aspectos lo era tanto en el aspecto político como en el económico. Con sus grandes transformaciones tecnológicas fue parte crucial de la conquista y parecía lógico juntar una tecnología superior a una ciencia superior.

El reto de desafiar la universalidad cultural de las ideas Occidentales empezó a ser tomada en serio Asia Oriental llego a ser una nueva sede de actividad económica fuerte en la década de los setentas. Ahora las dudas sobre Occidente que antes había sólo en una pequeña minoría ahora se extendían. Entonces debido a la distribución del poder en el mundo es cuando se cuestiona el problema de parroquialismo cultural en las ciencias sociales.

En 1945 hasta 1970 las opiniones de los científicos sociales occidentales y de estados unidos seguían siendo dominantes en el mundo no occidental. Sin embargo, en este periodo las ciencias sociales académicas tuvieron un crecimiento en el mundo no occidental esto con la ayuda de instituciones occidentales que aceptaban las disciplinas desarrolladas por ellas en Occidente como universalmente normativas.

El desafío al parroquialismo de la ciencia social a fines de los años setenta, fue un reto de afirmación de representar el universalismo. Los críticos sostuvieron que era parroquial esta crítica fue hecha por feministas, por grupos que desafiaban el eurocentrismo y por otros que cuestionaban tendencias que percibían como inherentes a las premisas de las ciencias sociales. Al analizar estas críticas es importante distinguir entre desafío político y desafío epistemológico. El desafío político es el reclutamiento de estudiantes y profesores dentro de las estructuras universitarias (esto iba unido a un desafío parecido en el mundo político más amplio). Se decía que había grupos de todas clases olvidados por las ciencias sociales: niños, mujeres, pueblos no occidentales, es decir grupos de minorías. Y dentro de los países occidentales se encontraban abandonados los grupos históricamente definidos como marginales en lo social y en lo político. En consecuencia se presento un argumento para terminar con la exclusión de las personas. El argumento consistía en que la mayoría de los científicos en los últimos 200 años solo se investigaron a sí mismos y con esto querían hacer una generalización con el resto de la población estudiada, incluso cuando estudiaban a otros tendían a definir a los otros como reflexiones de sí mismos. Entonces la solución se encontraba en ampliar más el reclutamiento del grupo académico así probablemente se ampliaba el campo de objeto de estudio.

Algunas voces nuevas que se unieron contra el desafío que representaba el parroquialismo de las ciencias sociales planteaban cuestiones teóricas que iban más allá de los temas de estudio legítimo o de los tópicos. Su argumento era que mucho de los razonamientos teóricos de las ciencias sociales (también naturales y humanidades) estaban cargadas de prejuicios a priori y estos carecían de justificaciones teóricas y empíricas y era preciso solucionarlos analizarlos y remplazarlos por premisas más justificables. Estas demandas formaban parte de una demanda general para abrir las ciencias sociales.

En 1978 un catedrático africano llamado Engelbert Mveng escribió un articculo llamado “De la sumisión a la sucesión” y en el escribió “Hoy el Occidente concuerda con nosotros que el camino hacia la verdad pasa por numerosos caminos distintos de los de la lógica aristotélica o thomista o de la dialéctica hegeliana. Pero es necesario descolonizar las propias ciencias sociales y humanas”

La ciencia es un ejercicio por buscar el conocimiento universal por consiguiente no puede existir otro porque el otro es parte de nosotros, ese nosotros al que estudiamos, ese nosotros que hace el estudio.

El universalismo y el particularismo no son conceptos necesariamente distintos, de hecho tienen la gran similitud que durante los últimos doscientos años son el centro de un debate. Se dice que el universalismo es una forma disfrazada y opresiva de particularismo. El problema no es ver qué es universal sino qué es lo que evoluciona y si lo que está evolucionando se puede definir como progreso.

Pero ¿cómo pueden las ciencias sociales describir y formular afirmaciones verdaderas acerca de un mundo desigual en el cual los propios científicos sociales tienen su realidad? Las ciencias naturales afirman que el que mide modifica lo medido. Pero esta afirmación todavía es discutida en las ciencias sociales.

La creciente discusión sobre el universalismo se ha mezclado con tres cuestiones la distinción entre afirmaciones analíticas y afirmaciones descriptivas, la validez de las afirmaciones que reflejan intereses rivales y la racionalidad critica como base de la comunicación académica. Podemos distinguir lo que oculta detrás del universalismo como objetos como metalenguajes como lenguas. Al traer los metalenguajes al primer plano y someterlos a racionalidad crítica. Podría ser la manera en que se pueda escoger la mezcla de lo universal y de lo particular, como objetivos, como objetos y como lenguajes.

Si todos los universalismos son contingentes, entonces ¿hay alguna manera de construir un universalismo único y relevante para el momento presente? La posible solución ¿es la de los guetos o la integración social?

Así los que tienen menos poder están en una situación sin salida, no hay una respuesta contundente a los universalismos predominantes. La consecuencia es que los excluidos van y vienen entre la separación y la integración cuando esto se vuelve tedioso a veces pasan por querer destruir los universalismos presentes.

Es importante aceptar la existencia de interpretaciones diferentes de un mundo incierto y complejo. Sólo se podrá captar la riqueza en que vivimos si se permitiera un universalismo pluralista.



3. La realidad y la validez de la distinción entre las “dos culturas”

Desde 1960 hasta la fecha dos acontecimientos en la estructura del conocimiento que proceden de los extremos opuestos que resultan de las divisiones universitarias del conocimiento, pero que ambos han cuestionado la validez y la realidad de la distinción entre las dos culturas. Los descontentos de las ciencias naturales con el modelo newtoniano que se remontan a Poincaré a fines del siglo XIX comenzaron a hacer explosión, pero esto se debía a la insuficiente capacidad de las teorías antiguas para resolver problemas modernos complejos. Estos procesos en las ciencias naturales y en las matemáticas fueron importantes para las ciencias sociales en dos sentidos. El modelo de epistemología nomotéticas en las ciencias sociales era dominante en el año de 1945 y se basaba en la teoría newtoniana al estudio de fenómenos sociales pero ahora estaba perforado el suelo bajo el uso de las ciencias sociales. Y en segundo lugar las ciencias naturales se estaban percatando de nuevos procesos que destacaban por la no linealidad por encima de la linealidad, la complejidad sobre la simplificación...

Pero lo más importante es que los científicos acentuaban la importancia de la flecha del tiempo, en suma las ciencias naturales comenzaban a acercarse a lo que antes se llamo ciencia blanda. Esto no sólo ayudo a disminuir las luchar por el poder interno en las ciencias sociales sino que ayudo para disminuir la fuerte distinción entre ciencias naturales y ciencias sociales como supercampos.

La visión cartesiana de la ciencia clásica describía al mundo como automaton determinista que se podía explicar en forma leyes causales o de leyes naturales, sin embargo, hoy en día muchos científicos naturales dirían que la descripción del mundo debería de ser muy diferente.

Y no es que crean que la física newtoniana este equivocada solo que se limita en explicar procesos, por ejemplo describen el desarrollo de los planetas pero no el desarrollo del sistema planetario. Por lo tanto las leyes que se podían formular enumeraban posibilidades nunca certeras. En consecuencia la irreversibilidad ahora es tomada como una ampliación a las leyes antes formuladas y no como una percepción científica errónea.

La importancia del estudio de sistemas complejos para análisis de las ciencias sociales tiene extensos alcances. Es claro que estos sistemas sociales históricos están compuestos están compuestos por diferentes unidades interactuantes y por la evolución de estructuras y organizaciones jerárquicas internas y por comportamientos espacio/temporales complejos.

El marco conceptual que ofrecen los sistemas evolutivos complejos desarrollados por las ciencias naturales ofrece a las ciencias sociales un conjunto coherente de ideas que concuerda con visiones que existían desde hace tiempo en las ciencias sociales.

El segundo desafío que surgió de la división tripartita del conocimiento surgió del límite final humanista de la tensión entre las dos culturas. Este desafío provino de los estudios culturales. Este desafío incluye tres temas fundamentales: La importancia central para el estudio de los sistemas sociales históricos, de los estudios de género y de los tipos de estudios no eurocéntricos, segundo la importancia del análisis histórico local muy bien ubicado, y tercero y la estimación de los valores asociados con las realizaciones tecnológicas y su realización con otros valores. El estudio de cultura atraía a diferentes disciplinas pero en especial a tres grupos: los estudiosos de la literatura, los antropólogos y a las nuevas cuasidisciplinas relacionadas con lo pueblo olvidados por la modernidad (en virtud de género, raza clase etc.)

Para la formulación de del problema de las dos culturas siempre estaba un supuesto implícito pero real, se decía que la ciencia era más dura más racional que la filosofía o las artes y letras. La premisa era que la ciencia era más europea y más moderna y más masculina. Contra estos supuestos los estudiosos de temas de género y no eurocéntricas reclamaban al proponer una revalorización de los estudios culturales.

Casi el mismo problema surgía con la cuestión a veces formulada con lo local contra lo un universal y otra veces como acción contra estructura. Se decía que lo universal y las estructuras eran impersonales y eternas así que se encontraban más allá del control del esfuerzo humano, pero más bien parecían ser manipuladas por expertos racionales y científicos aunque no por personas corrientes ni grupos de poco poder.

La centralidad del género y la raza/etnicidad para el análisis parecía evidentemente importante en los estudios locales, pero cuando más mundial se iba haciendo el estudio más difícil se hacía desarrollar una organización efectiva a fin de presentar perspectivas alternativas de defender intereses alternativos y por supuesto proponer epistemologías alternativas.

El tercer elemento en la afirmación de los estudios culturales ha sido la expresión del escepticismo acerca de los meritos del progreso tecnológico.

El escepticismo posmoderno empezó a reemplazar a la crítica moderna y casi todas las teorías grandiosas fueron atacadas en nombre de un modo de teorización abstracto.

Los ascensos de los estudio culturales tuvieron un impacto en las ciencias sociales que de cierta manera es análogo a algunos acontecimientos de la ciencia.

Los defensores de los estudios culturales minaron la división organizacional entre los supercampos de las humanidades y de las ciencias sociales. El apoyo para estas posiciones venia de todas las diversas disciplinas de las humanidades y de las ciencias sociales y esto produjo formas de cooperación intelectual que han ignorado la línea tradicional entre las humanidades y las ciencias sociales.

Antes de 1945 las ciencias sociales estaban interiormente divididas entre dos culturas y había muchas voces que decían que las ciencias sociales deberían desaparecer o fundirse ya sea con las ciencias naturales o con las humanidades según las preferencias de cada quien. En cierto sentido se pedía a las ciencias sociales que aceptaran la realidad de dos culturas y que ingresaran a una u otra en sus propios términos.

No se puede hablar de un acercamiento completo entre las dos culturas pero los debates han credo dudas acerca de la claridad de distinciones y parece que se avanza en una dirección a una visión menos contradictoria de los múltiples campos de conocimiento.

Pero lo que si está claro es que la división entre ciencias sociales, ciencias naturales y humanidades ya no es tan evidente como en otro tiempo parecía. Ahora parece que las ciencias sociales ya no son vistas como el pariente pobre de alguna manera desgarrado entre los dos clanes polarizados de las ciencias naturales y de las humanidades, más bien han pasado a ser el sitio de su reconciliación