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viernes, 17 de septiembre de 2010

¿Qué tipo de Ciencia Social debemos construir ahora?


Las implicaciones intelectuales que han producido los debates ocurridos en 1945 en las Ciencias Sociales no son del todo congruentes con la estructura organizacional de las mismas ahora se tiene que decidir qué hacer con el nivel organizacional al tiempo que se empiezan a resolver los debates internos. El problema más inmediato era sobre la estructura organizacional de las Ciencias Sociales, como eran disciplinas su trabajo era el preparar estudiosos lo cual hicieron eficazmente, el punto negativo era que controlaban los patrones de la carrera de los estudiosos una vez que ingresaban. En la mayoría de los cargos docentes se pedía como requisito un doctorado (o su equivalente). Otro era la publicación de artículos en periódicos oficiales porque sólo así se podía profesar la carrera.
Entonces las estructuras disciplinarias han cubierto a sus miembros con una reja y no los han alientado a descubrir otras líneas. Sin embargo, los prerrequisitos interdisciplinarios se han ido descomponiendo en algunos espacios académicos después de 1945. Por ejemplo las revistas científicas de primera magnitud que ignoran las fronteras disciplinarias. Y debido a las batallas presupuestales la batalla por la asociación de recursos se ha intensificado, a medida en que van apareciendo nuevas disciplinas que se disputan los recursos universitarios e intentan controlar los nombramientos, provocan la reducción de las principales disciplinas existentes. Es en este punto donde se produce la mayor presión para la restructuración de las Ciencias Sociales. Y la iniciativa a menudo es de administradores que se preocupan por los presupuestos y no por el conocimiento.
Entre 1850 y 1945 el establecimiento de las disciplinas consistió en reducir en número de categorías con las que se podían reducir las Ciencias Sociales a una lista que regularmente aceptada en todo el mundo y a la cual nos hemos acostumbrado.
Estos problemas organizacionales aumentaron debido por el patrón trimodal: las ciencias sociales, las ciencias naturales y las humanidades. Ahora el problema se centraba en la reconfiguración de las estructuras más amplias de las facultades. En la primera parte del siglo XIX existió una realineación similar de patrones. La cuestión ahora planteada es que si la primera parte del siglo XXI será análoga.
La restructuración del siglo XXI implico que renacieran las universidades como principal espacio de conocimiento, la expansión que hubo en 1945 de universidades, docentes y estudiantes, creo un nivel más alto de actividades de investigación del sistema educacional.
Hasta 1945 todavía existían docentes que enseñaban en escuelas secundarias pero en 1990 también muchos profesores evitaban dar clases en el primer nivel o en el nivel más bajo del sistema universitario. En consecuencia se han creado institutos de estudios avanzados y otras estructuras no docentes. En el siglo XXI los principales medios de comunicación intelectuales eran publicaciones de revistas científicas y reuniones académicas nacionales. Cuando estas formas de comunicación se fueron poblando aparecieron los coloquios que han florecido en todo el mundo dese 1945, pero también este campo esta superpoblado así que hora gracias a las comunicaciones electrónicas surgen pequeñas estructuras de profesionales que están separadas. Estas nuevas formas de crear conocimiento crean la cuestión de que si las universidades en los próximos cincuenta años seguirán funcionando igual o serán sustituidas por institutos de investigación independientes centros de estudios avanzados entre otros pero por medios electrónicos. Pero si la enseñanza se separa de la investigación y de la universidad, se tendrá que hacer un mayor esfuerzo por obtener su legitimación.
Existen probablemente tres problemas teórico/ metodológicos centrales entorno a los cuales se tienen que plantear nuevos consensos eurísticos por con esto se pondrá construir avances productivos en el conocimiento. El primer problema se refiere a  la relación que tiene el investigador con la investigación. A comienzos de este siglo Weber definió la trayectoria del pensamiento moderno como “desencantamiento del mundo”. En las ciencias sociales el desencantamiento del mundo consiste en la demanda de que la historia no se reescribiera en nombre de las estructuras de poder existente. Esta demanda provocó dar un paso en la liberación de la actividad intelectual por las presiones externas que incapacitaban.
El reencantamiento del mundo consiste en proponer la liberación del pensamiento humano. Es un llamado para derribar las fronteras entre la naturaleza y los seres humanos, para así reconocer que ambos forman parte del universo único encuadrado por la flecha del tiempo. La consecuencia de este pensamiento fue que el concepto de científico neutral ofrecía una solución imposible al excelente objetivo de liberar a los estudios de cualquier ortodoxia arbitraria. Toda medición se modifica al regístrala, por lo tanto no se puede separar al investigador de su contexto físico y social. Traducir el reencantamiento del mundo no será un trabajo fácil pero para los científicos sociales es una tarea urgente.
El segundo problema es cómo insertar el espacio y el tiempo como variables constitutivas internas, es decir de cómo el espacio y el tiempo son entes cambiantes y no estáticos. Al percatarnos que el tiempo y el espacio son variables socialmente construidas, nos encontramos con la necesidad de crear de desarrollar una metodología en la cual coloquemos en el centro de nuestro análisis esas construcciones sociales pero de una manera que no sean vistos como fenómenos arbitrarios, cuando se logre se perderá la distinción que aun prevalezca entre la epistemología ideográfica y nomotética.
El tercer problema planteado es de cómo superar las separaciones artificiales entre los reinos aparentemente autónomos de lo social o político y lo económico. El afrentar la cuestión directamente de la existencia de reinos separados o reabrirla enteramente podría aclarar las bases intelectuales para reestructuración de las disciplinas.
Si el investigador no puede ser neutral en su estudio entonces que no cubra por mera formalidad la realidad porque entonces estaría cubriendo las opiniones de un segmento de científicos del mundo. Entonces que se puede concluir acerca de los posibles pasos que puede dar para abrir las ciencias sociales, no existe un plano accesible en la cual se pueda decretar una reorganización de las estructuras del conocimiento. Antes de considerar la restructuración es importante analizar varias dimensiones las cuales son: 1.- las implicaciones de rechazar las distinciones ontológicas entre los seres humanos y la naturaleza, 2.- las implicaciones de negarse a considerar al estado como origen de las únicas fronteras posibles y/o primarias dentro de las cuales la acción social ocurre y debe ser analizada, 3.- las implicaciones de aceptar la tensión interminable entre el uno y los muchos, lo universal y lo particular, como un rasgo permanente en la sociedad humana y no como un anacronismo, 4.- el tipo de objetividad que es plausible a la luz de las premisas propuestas por la ciencia.
1.    Los seres humanos y la naturaleza.
Las ciencias sociales han avanzado por un camino más respetuoso por la naturaleza, así que conciben al universo como una realidad activa y no como un autómata que está sujeto a la dominación de los seres humanos que de alguna manera se encuentran ubicados fuera de la naturaleza.
Algunos científicos sociales han caído en el error de seguir el camino hacia una orientación biológica de las ciencias sociales, porque al ir en esta dirección sólo se caería en un retroceso. 
Las utopías forman parte del objeto de estudio de las ciencias sociales y estas tienen que estar basadas en tendencias existentes. Los conceptos de utopías se relacionan con ideas de progreso posible, pero su realización depende del aumento en la creatividad humana y de la expresión del ser humano en el mundo complejo.
Tal vez se está apreciando el fin de una racionalidad que ya no es apropiada en nuestro tiempo. Entonces se pide que se ponga énfasis en lo complejo, lo inestable y lo temporal que hoy corresponde a un movimiento transdisciplinario que adquiere mayor vigor. Hay que poner en claro que esto no significa que se tiene que abandonar el concepto de racionalidad sustantiva.  
En la elección de posibles futuros los recursos son un tema político y la solicitud de la expansión de la participación en la toma de decisiones es mundial. Es así que se hace un llamado a las ciencias sociales para que se abran a este tipo de cuestiones. Este es un llamado para hacer un reconocimiento de que a pesar de dar la estructuración histórica de la experiencia humana y del universo natural no son del todo idénticas pero tampoco son contradictorias y ambas están relacionadas con la evolución.
Hoy el problema se basa en poder escapar de las constricciones de lo contemporáneo para así poder llegar a interpretaciones más útiles y más duraderas de la realidad social. En el intento por ver la diferenciación y la especialización en las ciencias sociales se ha prestado demasiada atención a un problema social derivado de la creación del conocimiento: como se puede evitar una brecha de los que saben y de los que no saben. La responsabilidad para escapar de estas presiones sólo compete a científicos sociales activos sino también a los administradores de universidades las asociaciones de estudiosos las fundaciones y los organismos gubernamentales responsables de la educación y de la investigación.
El descomponer en pequeños fragmentos los problemas que afrenta una sociedad compleja no es la mejor forma para tratar de resolverlos aunque parece una manera fácil de manejar analíticamente, la mejor forma es abordar a los problemas, a los seres humanos y a la naturaleza en toda su complejidad y sus interrelaciones.

2.    El estado como bloque de construcción analítico.
Las ciencias sociales han sido estadocentristas en el sentido de que los estados conformaban el marco supuestamente evidente donde se tenía lugar los procesos analizados por las ciencias sociales. Hasta 1945 esta concepción era especialmente cierta para las ciencias que se encargaban en estudiar el mundo occidental las cuales eran la historia y el trió de las ciencias nomotéticas (la sociología, la economía y las ciencias políticas). Ni la antropología ni los estudios orientales eran estadocéntricos porque las zonas que se encargaban de estudiar no eran sedes de estructuras modernas. Se daba por sentado que las estructuras sociales modernas se encontraban en estados modernos. Después de 1945 con la expansión del dominio empírico de la historia y de las tres ciencias sociales nomotéticas hacia el mundo no occidental y con el ascenso de los estudios de área, pasaron a ser tema de análisis estadocéntricos.
El concepto clave después de 1945 fue el de desarrollo que se refería al desarrollo de cada estado tomado como entidad individual. Evidentemente existieron algunos científicos que no estuvieron de acuerdo que es estado putativo fuese una unidad natural que su primacía analítica no necesitara justificación. 
Después de 1970 se empezó analizar el carácter del estado como frontera natural de la vida social, esto fue resultado de la coyuntura de dos transformaciones: la primera fue la transformación en el mundo real para la visión tanto académica como popular, los estados empezaron a perder fortaleza como promotores de la modernización y del bienestar económico, la segunda es la de los cambios en el mundo del conocimiento, y que llevo a los estudiosos a echar una mirada a presuposiciones que antes eran indiscutibles. Así  el conocimiento cierto que los científicos sociales nos habían prometido se basaba en consecuencia en su fe por el progreso. Se espera que las ciencias sociales acompañaran el proceso de racionalidad y después se esperara que se viera a las fronteras del estado como marco natural dentro de las cuales se daría tales mejoras. Además con el impulso de hacia la democratización conducía a demandas hechas al estado, para utilizar su poder presupuestal y fiscal para mejorar y redistribuir. Así el estado como proveedor del progreso parecía seguro. Pero como las demandas crecían más rápido que los problemas ya resueltos en 1960 se genero una desilusión del estado.
“pensar globalmente y actuar localmente” es un lema que excluye al estado y representa la suspensión del la fe en el estado como mecanismo de reforma.
Al hacer este cambio de ideas  hacia la acción de niveles globales, muchos pensaron que estas nuevas formas de análisis tanto los científicos naturales como los defensores de los estudios culturales ofrecían modelos más plausibles.
Obviamente que los pensamientos estadocéntricos no habían excluido el estudio de las relaciones entre los estados. Y dentro de las ciencias sociales existían subcampos dedicados para los espacios internacionales. Pero así como las demás áreas de las ciencias sociales los estudios internacionales se basaban en las premisas de un marco estadocéntrico. Estos estudios adoptaban la forma de estudios comparativos en los que los estados eran la unidad a comparar.
Desde 1960 han existido varios intentos dentro de las disciplinas de las ciencias sociales por reducir el estadocéntrismo, ese desplazamiento de la unidad de análisis se ha etiquetado de muchas formas así como: economía política internacional, estudio de las ciencias mundiales, economía global, etc. Al mismo tiempo también se ha visto una  renovación por el interés por las regiones, por ejemplo la reciente preocupación por el Asia Oriental como región dentro del mundo total, y por las regiones pequeñas ubicadas dentro de estados por ejemplo: el concepto de protoindustrialización en historia económica.
El estadocéntrismo en el análisis de las ciencias sociales tradicional era una simplificación teórica que incluía la suposición de espacios homogéneos y equivalentes cada uno de los cuales constituía un sistema autónomo que operaba en gran medida por medio de procesos paralelos. Desde luego el rechazo que se tiene sobre el estado como conector socio-geográfico no significa que el estado no sea visto como una institución clave en el mundo moderno que tiene influencias profundas en procesos culturales, económicos y sociales, porque el estudio de todos estos procesos requieren una comprensión de los mecanismos del estado, lo que no se requiere es pensar que el estado es una frontera natural o incluso la más importante de la acción social.
Al abandonar el supuesto de estadocéntrismo que fue fundamental para las ciencias sociales nomotéticas y para la historia y se acepta que esa perspectiva crea un obstáculo para hacer claro al mundo, entonces nos planteamos la pregunta sobre la estructuración de las divisiones que se formaron en torno a ese supuesto y que en realidad se basaban en el.   

3.    Lo universal y lo particular
La tensión que ha existido entre lo universal y lo particular siempre ha sido un debate apasionado en las ciencias sociales, porque siempre se ha visto con implicaciones políticas inmediatas y eso ha impedido un estudio sereno. En las discusiones contemporáneas sobre las ciencias políticas el tema ha vuelto a primer plano, y principalmente causado por la reafirmación política de grupos del mundo occidental que consideran que han sido culturalmente oprimidos. Una importante consecuencia organizacional de la resurrección de ese debate ha sido por el llamado a una ciencia social más multicultural.
Las premisas que responden a una demanda por crear una ciencia social más multicultural, se han encontrado con la resurrección del darwinismo social en diversos aspectos. Su argumento clave ha sido que el progreso es el resultado de la lucha social en el que la competencia triunfa y el interferir en esa lucha social es interferir en el progreso social. El darwinismo social califica de irracional o irrealista cualquier asociación con los perdedores en el proceso evolutivo de la supervivencia del más apto, esta categoría a alcanzado a grupos que no tienen posiciones sociales poderosas, así como a los proyectos alternativos que no comparten la creencia de la vinculación entre industrialización-occidentalización-modernización.
La versión que se considera las más avanzada del racionalismo moderno es la racionalidad tecnocrática ha sido en muchos sentidos un avatar del darwinismo social. También ella niega legitimidad a cualquier concepto que no encaje con un modelo de racionalidad de medios y fines, así como cualquier institución que no tenga una utilidad funcional inmediata.
Así la cuestión que ahora se plantea es la de cómo tomar en serio en la ciencia social una pluralidad de visiones del mundo sin perder el sentido que existe la posibilidad de conocer y realizar escalas de valores que puedan ser comunes o llegar a ser comunes a toda la humanidad. La claves es hacer estallar el lenguaje hermenéutico utilizado para describir a personas y grupos que son otros, que son meros objetos de las ciencias sociales en contraste con las personas que tienen cierta legitimidad y pleno derecho entre los cuales se ubican los analistas a sí mismos. Es aquí donde se crea una confusión de lo ideológico y lo epistemológico.   
Más allá de reconocer las voces de los grupos dominados, existe la tarea más difícil de incorporar las experiencias de estos grupos que es fundamental para alcanzar un conocimiento objetivo de los procesos sociales. En lugar de demostrar lo que las ciencias sociales se han perdido al excluir gran parte de la experiencia humana, se debería pasar a demostrar lo que gana la comprensión de los procesos sociales cuando se incluye segmentos cada vez mayores en las experiencias históricas del mundo.  Para poder establecer el equilibrio de las ciencias sociales s necesario examinar el caso de las disciplinas existentes, al mismo tiempo que se establece nuevos canales para el diálogo e intercambio y no solamente entre las disciplinas existentes.
Además se puede proponer la realización de una academia multicultural, la elección de una lengua en muchos casos predetermina el resultado por ejemplo: Conceptos de middle class, bourgeoisise, burgertum al parecer similares en realidad definen categorías diferentes e implican mediciones empíricas diferentes. Un mundo en los científicos tuvieran el dominio de las principales lenguas académicas seria un mundo en el que existieran mejores ciencias sociales. Pero solo puede prosperar el multilingüismo si adquiere legitimación organizacional e intelectual.
El dialogo y el respeto es básico para que haya un intercambio entre colegas. Las ciencias sociales deberán emprender un proceso de apertura muy amplio hacia la investigación y hacia la enseñanza de todas las culturas en la búsqueda de un universalismo pluralista renovado, amplio y significativo.
4.    Objetividad.
La cuestión de objetividad ha sido tema central en los debates metodológicos de las ciencias sociales. La ciencia social en el mundo moderno fue el intento por crear conocimiento secular y sistemático acerca de la realidad con algún tipo de validación empírica.     
El concepto de objetividad ha estado vinculado a la intuición que el conocimiento es a priori es decir de que la investigación puede enseñarnos cosas que no se saben es así como el sentido de objetividad está vinculado a el.
Se consideraba que lo opuesto de objetivo era lo subjetivo, y esto era la intrusión de tendencias del investigador en la recolección e interpretación de datos y esto hacia que se redujera su validez.
Para evitar la subjetividad de en la investigación las ciencias sociales nomotéticas emplearon la técnica de maximizar la dureza de los datos es decir su mensurabilidad y comparabilidad. Esta técnica las llevo hacia la recolección de datos en el momento presente porque es cuando el investigador tiene más probabilidades de controlar la cantidad de datos. En cambio los historiadores idiográficos trataron de tomar datos primarios (estudios anteriores) y así el investigador no se involucraba personalmente.
Siempre se ha cuestionado las dudas acerca en que cada uno de los enfoques nos permite alcanzar datos objetivos. Ahora es ¿objetividad de quién? Algunos pensaban que el conocimiento objetivo venia de quienes tenían más fuerza social y política. Una visión exacta de la realidad es imposible todos los datos son seleccionados de la realidad pero basados en diferentes visiones del mundo, así como el mundo va cambiando es obvio que también cambien las investigaciones.
Pero objetividad puede tener una definición diferente. Puede ser vista como resultado del aprendizaje humano que representa la intención del estudio y la evidencia de que es posible. Los estudiosos intentan convencerse a sí mismos de sus investigaciones y tratan de explicar mayor cantidad de datos que las explicadas por otras explicaciones.
Hay que aceptar que ha habido errores sistemáticos en las formas en que los científicos sociales han procesado el conocimiento y que muchos han maquillado la objetividad por subjetividad para perseguir sus visiones subjetivas. Lo que no se puede concebir es que se reduzca a la ciencia social a una mezcolanza de ideas privadas todas igualmente validas.       

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